martes, 13 de junio de 2017

Relación Descartes-Ortega (Pregunta 4)

4. Relación del tema o del autor del texto elegido con una posición filosófica de la época contemporánea. (2 puntos)

Voy a relacionar la filosofía de Descartes con la posición filosófica de Ortega y Gasset (1883-1955).
José Ortega y Gasset nace en Madrid en 1883 en el seno de una familia burguesa y de tradición cultural ligada al periodismo (propietarios de uno de los periódicos más prestigiosos del Madrid de entonces, El imparcial). Recibió una cuidadosa educación en el Colegio de los Jesuitas de El Palo de Málaga y en la Universidad Central de Madrid. Más tarde, estudió dos años en las universidades alemanas más prestigiosas de entonces (Leipzig, Berlín y Marburgo), donde establece contacto con las corrientes filosóficas más influyentes (neokantismo). Cuando vuelve a España está convencido de que sólo la apertura a Europa podrá sacar a España de su tradicional aislamiento y retraso, y dedicará todos sus esfuerzos para conseguir una regeneración española y una renovación de nuestros modos de pensar y sentir. Ese esfuerzo lo realiza, desde su colaboración con la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos, desde su Cátedra de Metafísica de la Universidad Central, desde el periódico El Sol y la Revista de Occidente que él mismo había fundado y desde su participación política (fue diputado y defendió la instauración de la República). Al estallar la Guerra Civil, se exilia y no regresará a España hasta 1945. No se reintegra a su Cátedra de Metafísica, ni participa ya activamente en la vida cultura oficial, viajando frecuentemente al extranjero. Muere en Madrid en 1955.
Ortega fue un filósofo muy prolífico. Escribió mucho y, además, con bastante claridad y con un estilo muy apreciable, lo que ha contribuido a convertirlo en el filósofo español más renombrado y famoso.
En su etapa inicial, Ortega fue objetivista y pensaba, como el Padre Fray Benito Jerónimo Feijoo que “en España hace falta más física y menos metafísica”, pero esta etapa no es tan representativa de su pensamiento como el perspectivismo, el raciovitalismo y el historicismo a los que nos vamos a referir en la comparación con el pensamiento de Descartes.
Descartes, al igual que Platón, es un filósofo racionalista, que tiene como objetivo conseguir la verdad absoluta. La realidad es absolutamente objetiva, y el propósito de la razón es convertirse en ese cristal absolutamente transparente que refleje con exactitud lo que hay fuera del sujeto. Conocemos por ideas, y nuestro conocimiento será verdadero siempre que nuestras ideas correspondan exactamente con la realidad objetiva exterior. Descartes forma parte de la tradición filosófica de la identidad, que nos ha hecho pensar que las cosas que existen en un sentido pleno han de permanecer siempre idénticas a sí mismas porque la esencia es inmutable. Para Ortega, este tipo de planteamiento choca con nuestra experiencia que nos dice que cada ser humano tiene sus propias peculiaridades que necesariamente, nos impedirán ser ese cristal  plano y perfectamente transparente. Por lo tanto, la realidad es una cuestión de perspectiva. El conocimiento depende de la  percepción que cada uno tiene de la realidad, que es fruto de una síntesis entre la realidad y el punto de vista que tiene el sujeto que conoce esa realidad.
En La doctrina del punto de vista, Ortega se hace las siguientes preguntas: ¿tendría sentido que dos hombres que miran el mismo paisaje pensaran que uno de los dos es el que ve el verdadero paisaje mientras que el otro ve uno falso? ¿Tendría sentido que llegaran a la conclusión de que los dos paisajes son ilusorios y que existe un tercer paisaje que es el auténtico? La conclusión a la que llega Ortega es que no, puesto que la “realidad cósmica es de tal forma que solo puede ser vista desde una determinada perspectiva”, lo cual significa que la realidad no se organiza hasta que el sujeto no la mira desde su propia perspectiva. La perspectiva es uno de los componentes de la realidad, porque una realidad que vista desde cualquier punto resultase siempre idéntica es un concepto absurdo.
Sin embargo,  Descartes pide que busquemos la realidad objetiva al margen de nuestra subjetividad, puesto que desde un primer momento nos invita a dudar de nuestra sensibilidad y buscar la racionalidad que puede captar lo real.
El perspectivismo de Ortega no niega el conocimiento a través de la sensibilidad, que forma parte de nuestra circunstancia que condiciona las a cada sujeto y afecta también a nuestra realidad (“yo soy yo y mis circunstancias”). Los sujetos nos encontramos condicionados por la situación en la que nos encontramos, pero estas condiciones no deforman la realidad, sino que funcionan como una red que nos permite atrapar nuestra propia visión de la realidad, que es legítima en todos los casos.
Ortega considera que Descartes y otros racionalistas se equivocaban cuando pretendían que el sistema filosófico explicara la realidad de manera única y absolutamente válida para todos los tiempos y para todos los hombres, al margen de la dimensión vital y perspectiva histórica como pretendían los racionalistas. Es por eso que Ortega propondrá sustituir esa razón pura por una razón vital para alcanzar la conquista de la verdad.

El método cartesiano supone el método definitivo, unitario para todos los saberes e inspirado en el método de la matemática para conocer la verdad tal cual es. En este método no cabe la contradicción, porque lo que yo conozco debe ser claro y distinto (no puede confundirse con otro). Si encontráramos informaciones diferentes en un argumento, el método cartesiano nos diría que estamos en un error. Sin embargo, en Ortega, las informaciones diferentes no ponen de manifiesto la existencia de contradicciones, sino que, esas informaciones diferentes son complementarias. Unidas las dos nos darían una visión mucho más rica y más completa de la realidad. El conocimiento más completo de la realidad sólo podría proceder de la utópica e irrealizable unión de las cuasi infinitas perspectivas que todos los individuos que hayan existido, los existentes y lo por existir hayan podido tener del universo.
Una diferencia importante entre las propuestas de Descartes y Ortega es que en Descartes queda clara la posibilidad (para todo aquel que utilice un método adecuado basado en la razón), de alcanzar un conocimiento absoluto, eterno e inmutable, mientras que Ortega, nos invita a asumir que los seres humanos conocemos de distintas maneras, sin que esto signifique renunciar a poder satisfacer las ansias de conocer la verdad.

Ortega nos hace conscientes de que siempre existe una parte de la realidad que se nos escapa (por ejemplo, nuestra vista no percibe cualquier onda luminosa, ni nuestro oído todas las ondas acústicas, etc.). Nuestros sentidos se interponen entre nosotros y la realidad, lo que explicaría que nuestro conocimiento no fuera ni total ni absoluto. Pero al mismo tiempo, lo que captamos a través de los sentidos es un componente de la realidad, por lo que no cabe el relativismo completo ni el escepticismo.

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